¿A quién no le ha ocurrido antes? Vas al ordenador del control de Enfermería para escribir tus incidencias o pasar las 
constantes a la gráfica y alguien te ha cerrado tu sesión. En su lugar, encuentras en la pantalla todo un elenco de ventanas abiertas: una radiografía de tórax en HD, los resultados de una analítica, la petición electrónica de un TAC, el evolutivo médico con la sesión abierta del último facultativo que ha estado trabajando en ello, un informe de alta, la aplicación de farmacia con la última modificación de tratamiento, una página de wikipedia con la clasificación de los antibióticos… Lo primero que piensas es: “joder, mi sesión sí que la han cerrado los muy cabr….”
Y entonces te das cuenta de que, a pesar de las tecnologías y de los supuestos avances en la atención y el desempeño del trabajo, la vida sigue igual. Igual pero adaptada a los nuevos tiempos. Ya han pasado a la historia aquellos días en los que la enfermera, después del paso de los médicos por la planta y por el control, tenía que andar recogiendo las historias clínicas que los galenos dejaban en cualquier mostrador, abiertas y con algún que otro papel al borde del precipicio. Por donde pasaba Atila no volvía a crecer la hierba, por donde pasaban estos médicos no encontrabas nada de hierba porque estaba tapada por los papeles.
Ya no, ahora todo se hace a golpe de clic de ratón. Antes te dejaban el mostrador lleno de papeles, ahora te dejan el escritorio del ordenador lleno de ventanas. Antes recogías los papeles bufando y jurando en arameo. Ahora cierras ventanas “clickeando” y te cuidas de decir nada, no vaya a ser que esté activado el traductor y sintetizador de voz de Google y traduzca al español y en voz alta ese arameo chusquero del que solemos hacer gala.
En fin, Enfermería 2.0…