Bueno, lo prometido es deuda y, así, para agradecer a los 500 “mileuristas” que han decidido acompañarme en esta aventura, publico una anécdota enfermera en verso. Un poema que hasta ahora no había trascendido de mis círculos más cercanos, pero que hoy quiero compartir con todas/os vosotras/os.
Ocurrió hace ya unos cuantos años en una de las Áreas de Observación del Servicio de Urgencias de un hospital cualquiera, en mis inicios como enfermero asistencial. Al llegar a casa después de la jornada, comencé a darle vueltas al bolígrafo y a la cabeza. Este fue el resultado…
Y esto ha sido todo por ahora. No descarto añadir algún que otro poemilla enfermero en futuras ocasiones.
Gracias por leerme.