De Propietario a Presidente

Estimado Sr. Presidente:

Me dirijo nuevamente a usted en calidad de propietario, viendo que ha pasado ya un tiempo prudencial sin respuesta desde mi anterior misiva.

Usted no solamente no ha dimitido, sino que además se ha embarcado en un proyecto que excede ya los límites de la imaginación, la decencia y la cordura.

Me refiero a esas jornadas de convivencia que ha organizado. Según dice, son para estrechar los lazos con los vecinos de otros barrios. Pero todos sabemos que lo hace para auto infundirse una dosis de pompa y circunstancia. Su ego le puede, Sr. Presidente. Y el despilfarro ha llegado ya a un extremo máximo e intolerable. Todo en una época en la que la mayoría de los vecinos hacemos auténticos esfuerzos por pagar cuotas y derramas y llegar a fin de mes. Es por eso que, una vez más, los vecinos a los que, por pedirle transparencia en su gestión, usted llama “disidentes”, nos hemos reunido para mostrar nuestro malestar. Fruto de esa reunión, han salido los puntos que encontramos más graves y que paso a exponerle a continuación:

Las medallas.

Usted será todo lo cofrade que sea, pero regalar una medalla de oro grabada con la imagen del Santísimo Cristo de la Humildad en su Paciencia Infinita a cada uno de los presidentes de bloque del barrio es un gasto a todas luces excesivo. Y más con la que está cayendo. Hay otras cosas más importantes en las que gastarse el dinero. La vecindad necesita otro tipo de inversiones para poder avanzar.

La cena de presidentes y propietarios “ilustres”.

Podía usted haberla organizado en cualquiera de los bares de tapas de la zona. Así, al menos, el dinero gastado revertiría en el barrio. Pero ha querido usted organizarla por todo lo alto: reservando en la zona privada de la marisquería más cara del centro de la ciudad. Menudo par de centollos que le echa usted al asunto…

La verbena popular.

La academia de baile del barrio habría aportado gustosamente algún grupo. Y el coro de la peña rociera seguro que se habría prestado a echar sus cantes. Pero no. Ha tenido usted que contratar al Coro Línea Regia, uno de los que tienen el caché más elevado. También es uno de los que más integrantes tiene, que digo yo que habrá que darles de comer y de beber… Lo mismo ocurre con el lugar de la celebración. Tenemos una plaza central en el barrio que sería la envidia de cualquier Ágora, pero ha tenido usted que alquilar el Pabellón Municipal de Deportes… Y encima anuncia usted que vendrá un artista de renombre. Conociendo sus gustos, seguro que podríamos esperar al mismísimo Julio Iglesias. Ya puestos, traiga usted también al internacional David Bisbal. Total, pagamos los propietarios…

En definitiva, Sr. Presidente, que los vecinos ya estamos hartos de sus excesos. Estamos cansados de que organice actos innecesarios con el dinero de la cuotas de los propietarios. No nos cansaremos de repetirle hasta la saciedad que se marche y deje el cargo. Llegaremos hasta las instancias que haya que llegar para que así sea…

Palabra de propietario.

P.D.: Ojalá cundiera el ejemplo de aquellos otros Presidentes del barrio que han rechazado sus regalos. Por desgracia, apenas son una isla en medio del mar…

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